Tus manitas de niña guardaron una cucaracha dentro de una caja de cerillos, tu mamá te había dicho que las cucarachas siempre están donde hay comida, pensaste que si llevabas a tu casa a ese animalito, tus hermanitos y tú iban a tener qué comer, pero no llegaron los manjares ni los panes, sólo el regaño y los golpes cuando tu mamá descubrió que habías metido una alimaña en la cocina.